MIGUEL DE CERVANTES
NUESTRO MÁS ILUSTRE ANTECESOR
Dos episodios ocasionan sendas excomuniones de Cervantes, por cumplir con su deber, que era cobrar trigo, aceite y demas provisiones para la Armada a punto de zarpar contra el inglés.
Estos años dedicados a cobrar para la Hacienda Real comienzan en 1587 y duran hasta 1594, pasando entonces a recuperar atrasos de la alcabala en Granada, es decir, a sus morosos.
La crítica no ha explotado a fondo las repercusiones que el oficio de agente cobrador tiene sobre su obra, y muy especialmente, sobre su máxima obra, pues todo indica que El Quijote no seria lo que fue de no haber sido “Cervantes cobrador”.